El obispo de Comodoro Rivadavia reflexionó sobre el significado de la Nochebuena, la Navidad y la Misa de Gallo, y dejó un mensaje de cercanía y acompañamiento a las familias que atraviesan un momento difícil en la región.
Monseñor Jorge Wagner, obispo de Comodoro Rivadavia, compartió un profundo mensaje en el marco de la celebración de la Nochebuena y la Navidad, destacando la importancia espiritual y comunitaria de estas fechas para los fieles católicos. En diálogo con los medios, remarcó que la Nochebuena es una anticipación de la Navidad, una celebración que invita al encuentro, la reflexión interior y la preparación del corazón para recibir el nacimiento de Jesús.
Al referirse al significado de la tradicional Misa de Gallo, explicó que se trata de la celebración que antiguamente se realizaba a la medianoche, simbolizando, como el canto del gallo, el anuncio de un nuevo día y el nacimiento de Cristo. En Comodoro Rivadavia, señaló que esta misa se celebra únicamente en el monasterio de las hermanas Carmelitas en Diadema, donde suele congregarse una gran cantidad de fieles, mientras que en el resto de las comunidades las celebraciones se adelantan para facilitar la participación familiar.
El obispo también hizo hincapié en la realidad social que atraviesa la ciudad y la región, marcada por la falta de trabajo y situaciones de dolor personal que se profundizan en estas fechas. En ese sentido, destacó el rol solidario de la Iglesia a través de Cáritas y de las comunidades parroquiales, que acompañan a las familias más necesitadas con alimentos y espacios de contención, especialmente para quienes pasan las fiestas en soledad.
Asimismo, Wagner subrayó que la Navidad no es solo un recuerdo histórico, sino una presencia viva que continúa iluminando la vida de las personas. “Jesús se hace hermano de la familia humana para estar siempre con nosotros”, expresó, remarcando que esta fiesta tiene un impacto no solo espiritual, sino también social, ya que promueve valores como la fraternidad, la justicia, la dignidad humana, la alegría y la paz.
Finalmente, el obispo dejó un saludo especial a toda la comunidad, deseando una feliz Nochebuena y una bendecida Navidad. Invitó a vivir estas celebraciones desde la ternura y el amor que simboliza el pesebre, recordando que, como enseñaba el Papa Francisco, la Navidad es una verdadera “revolución de la ternura”, capaz de transformar los vínculos y renovar la esperanza en tiempos difíciles.










