Argentina es el país con el mayor consumo de alcohol per cápita en América Latina, alcanzando los 8 litros por persona al año, según la OMS. A nivel global, ocupa el puesto 59 de 189 países. Este elevado consumo genera serias preocupaciones en términos de salud pública, especialmente debido a las diferencias de género en el consumo y sus fatales consecuencias.
En 2019, el 52% de los hombres y el 35% de las mujeres consumieron alcohol habitualmente. Las muertes atribuibles al alcohol representaron el 6,7% de las muertes en hombres y el 2,4% en mujeres. Además, el alcohol está relacionado con una variedad de enfermedades, como cáncer, enfermedades cardiovasculares y accidentes, siendo responsable de más de 1,6 millones de muertes globales en 2019.
La OMS advierte que no hay un nivel seguro de consumo de alcohol, que está vinculado a al menos siete tipos de cáncer, como el de boca, hígado y colon. Un informe reciente destacó que el alcohol fue responsable de 741.300 casos de cáncer en 2020.
Tedros Adhanom Ghebreyesus, director de la OMS, subraya la urgencia de tomar medidas globales para reducir el consumo nocivo de alcohol, coincidiendo con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que buscan mejorar la prevención y tratamiento de adicciones antes de 2030.
Frente a esta situación, Argentina enfrenta el desafío de implementar políticas efectivas de prevención y tratamiento para reducir el consumo y sus efectos devastadores en la salud de la población.