Alfonso Belloqui, referente del INTA Comodoro Rivadavia, detalló la compleja situación del organismo ante la amenaza de recortes, cierre de agencias y venta de tierras experimentales. “No sabemos si mañana nos dicen que cerremos”.
La incertidumbre laboral y científica que atraviesa el INTA en Chubut
Mientras se multiplican las señales de desfinanciamiento al sistema científico-tecnológico argentino, desde el INTA Comodoro Rivadavia expresaron su preocupación por la posible pérdida de estructura, conocimiento y apoyo al sector productivo local. Alfonso Belloqui, técnico del organismo, brindó detalles de las últimas reuniones internas, las amenazas latentes y el valor estratégico de los territorios en juego.
Reestructuración sin aviso: “No sabemos qué puede pasar esta semana”
Belloqui confirmó que la situación es de extrema incertidumbre: “Desde febrero estamos esperando definiciones sobre un posible cierre de todas las agencias de extensión del país. Por ahora seguimos operando, pero no tenemos ninguna seguridad”. Agregó que se esperan anuncios inminentes por parte del gobierno nacional: “Nos dijeron que esta semana saldría un decreto. Hoy ya es miércoles y no hay novedades”.
En los últimos meses, se redujeron los fondos operativos, se recortaron fideicomisos clave como el ProHuerta y no se están cubriendo las vacantes que dejan quienes se jubilan. “La estructura se va debilitando. Ya se fueron más de mil agentes a nivel nacional entre retiros voluntarios y jubilaciones, y no hay reemplazos”.
Lo que se pierde si se desmantela: conocimiento, desarrollo y soberanía
“El INTA no es solo una oficina. Tiene laboratorios, bancos de germoplasma, campos experimentales, un plan de mediano plazo que va hasta 2030, y presencia territorial en todo el país”, explicó. En Comodoro, detalló que trabajan en agricultura periurbana, ferias de agricultura familiar y capacitación técnica junto a instituciones locales.
Además, advirtió sobre el impacto de una eventual venta de tierras. “Hay campos con ensayos genéticos que tienen más de 30 años. También están involucradas universidades nacionales. Si se venden esos lotes, se borra historia de investigación aplicada, desarrollo productivo y soberanía alimentaria”.
Trabajo con productores: “Si el INTA no está, no hay quien acompañe sin cobrar”
Belloqui remarcó que la función del INTA no se limita a la investigación científica: “Cada consulta técnica que hacemos al productor es gratuita. Si no existiéramos, esa persona debería pagar por asesoramiento profesional. En muchos casos, eso implicaría dejar de producir”.
Señaló que continúan operando en actividades críticas: “La semana pasada hicimos una masterclass con escuelas, venimos de organizar una feria regional de productores familiares. No paramos. La mejor defensa del INTA es mostrar lo que hacemos todos los días”.
Entre el desmantelamiento y la resistencia
La situación del INTA refleja un clima general de recorte al sistema público de ciencia y tecnología. “Podés mejorar lo que haga falta, pero no podés destruir una estructura que funciona y aporta a la sociedad”, resumió Belloqui.
El futuro del organismo, clave para el desarrollo rural y la soberanía alimentaria, está en juego. La comunidad científica, productiva y educativa espera definiciones. Y mientras tanto, en cada rincón del país, como en Comodoro, siguen trabajando con una certeza: si el INTA cae, lo que se pierde es mucho más que un edificio o una estructura